Hoy vengo a escribirte que me levanté feliz.
Sí, efectivamente,
feliz.
Quizás es el primer día que puedo afirmar eso desde que te piraste,
dejando una noto pegada en el frigo que ponía,
"no eres tú, soy yo."
Y no sé qué más porque a partir de ahí,
arrojé el papel a la basura
y tus palabras se quedaron grabadas a fuego.
Me he levantado feliz,
porque por un día he podido apartar mis complejos.
Mirarme al espejo y sonreírme,
sin un insulto previo.
Después incluso me he dicho lo guapa que estoy,
me he pintado y me he puesto mis mejores galas.
Sí, exacto,
el vestido de flores de cuando te conocí.
Y, ¿sabes qué he decidido?
Que se acabó recordarte.
¡Que te follen!
O no, mejor no, que no te follen,
porque a fin de cuenta nadie va a follarte como lo hice yo,
NUNCA.
Así que olvídate de mí, y de mis tetas,
porque te aseguro que pronto estaré la cama,
corriéndome con otro, que no eres tú.
Porque he descubierto el amor,
pero me llevo mejor con el sexo.
