domingo, 4 de noviembre de 2012

Hallar.

Perdí tus recuerdos. Perdí aquellas cartas que escribiste. Perdí el tren de tu mundo. Perdí tu mirada verde entre aquellos ojos marrones. Perdí tus besos entre miles de abrazos. Te perdí a ti entre otros tantos. También perdí la cabeza mas recuperé la cordura.
Pero hoy aquello no importa.
Lo perdido está perdido y no podrá ser hallado, quien halla lo más buscado no busca lo más querido.

Adiós cuentos, hola realidad.

No quiero un verano como el de phineas y ferb, ni ser tan rica como London Tipton. No quiero besar una rana y que se convierta en príncipe, ni tener que recogerme antes de las doce porque mi carroza se convierta en calabaza. No quiero que me salve la vida mi príncipe azul ni que un joven apuesto me despierte de un sueño eterno. No quiero un hache que me recoja en moto ni un chico que me despierte con un buenos días princesa. No quiero una fábrica de chocolate, ni viajar en el tiempo, ni una capa invisible, no. No quiero nada de eso.
No quiero vivir un cuento. La vida no es de color de rosas y ya es hora de ver las cosas como son.
Ni existen los príncipes ni yo soy una princesa. Amores de verdad hay pocos, uno diría yo. No puedes estar enamorandote cada día de uno, pero si deberías enamorarte cada día del mismo. No quiero vivir un cuento porque las cosas no se solucionan con una varita mágica, ni pidiendo un deseo a un estrella. No. Es hora de vivir la realidad, de estamparte contra el suelo. De caer y aprender a levantearte. De poner una sonrisa aunque estés hecha una puta mierda. De fingir, de desahogarte con la almohada. De encerrarte en el baño, llorar, y salir como si no hubiese pasado nada.
Pero aún así puedes ser feliz. Debes ser feliz, porque sonreir es la única meta que debes tener en esta vida.
Adiós cuentos, hola realidad.

lunes, 16 de julio de 2012

Infancia.

Infancia, bella palabra,
que dicha es el contemplarte,
el deseo de admirarte,
antes de salir el alba.

Cuando das primeros pasos
y hablar no sabes aún,
poco a poco sin retrasos,
con más niños como tú.

Y ya ves que vas creciendo
y las cosas van cambiando
tú sientes que estás perdiendo,
lo que no andabas buscando.

Lo que vino siempre solo
y así se acabó marchando.

Eso que llaman infancia,
añorada cuando creces,
cuando ya hay poca distancia
para el camino de muerte.

Así que no la desperdicies
disfruta de cada instante,
cada juguete, pasaje,
que nos hizo ser felicies.

No la pierdas,
es tu infancia
eso más no se permite.

Realidades.

El mundo es como una caja de sorpresas. Nunca sabes lo que te vas a encontrar. Es como un pequeño laberinto en el que sabes como entrás pero no como vas a salir. Es un camino cruzado de puertas en el que cada puerta es una posibilidad distinta, un lugar distinto, una persona distinta, un miedo distinto. Es una inmensa variedad de posibilidad que se presentan a lo largo del camino y que tienes que elegir cual coger, porque lo que no cojas tú, ya lo cogerá otro. El mundo son millones de kilómetros que conectan a millones de personas mediante un mismo cielo. Realmente nadie sabe por qué está en el mundo, si realmente estás aquí, o realmente no. Si fuera hay vida, o no la hay. Si estamos solo o acompañados. Pero nadie se preocupa por los verdaderos problemas del mundo. Ni el hambre, ni el dolor, ni la guerra le importan a nadie. Por supuesto es mucho más importante llegar a la Luna. Es más importante cualquier tema supérfluo a que millones de niños mueran al año. Y esa es la sociedad en la que vivimos.
Estafamos y nos estafan; Mentimos y nos mienten; engañamos y nos engañan; Pero nos resignamos, asentimos y nos callamos. Que pena ¿no?
Al fin y al cabo, es verdad que formamos parte de su juego.

lunes, 21 de mayo de 2012

Harta.

Estoy harta. Harta de que todo tenga que ser como tiene que ser. Harta de las prohibiciones. Harta. Estoy harta de tener que callar cuando quiero hablar. Harta de no poder decir lo que pienso. Harta de que me dominen los que más poder tienen. Harta de ser el peón de sus juegos, harta, muy harta. Harta de que nadie busque una solución, de que nadie lo intente, de que nadie chille en un mundo que necesita escuchar una voz. Estoy harta de que destruyan mi futuro. Estoy harta de protocolos inservibles. Estoy harta de favoritismos, harta de hipócritas, harta de personas que dan lecciones de como vivir y ni si quiera saben lo que es. Estoy harta de tener que asentir con la cabeza a todo lo que me dicen como si no tuviese personalidad, como si no tuviese opinión propia. Estoy harta de que me digan o blanco o negro y no me den posibilidad a elegir otra cosa sin objetar que encima tenga que estar agradecida de que me den a elegir entre esas dos. Harta de que el Papa viva en un palacio de oro y mármol y haya niños muriéndose de hambre día a día en las calles, harta de tanta hipocresía. Harta de que nadie pelee, de que nadie luche por lo que piensa, de que todo el mundo calle. Porque no es justo. No es justo que tenga que estar en un mundo dominada por los demás. Estoy harta, harta, harta.
Pero qué más da no ? Si tampoco puedo quejarme porque decir eso está mal.

viernes, 27 de abril de 2012

El tiempo del amor.


Si pudiera tener algún poder, aunque solo fuese uno, por unos instantes, unos segundos, durante un tiempo, pediría sin dudar poder controlar. ¿Para qué? Para poder pararlo justo en el instante en el que tus ojos se cruzan con los míos y se quedan clavados en mi pupila. Detener el tiempo en el que acaricias mis labios con tus finos dedos mientras que dices que me quieres una y otra vez. Detener el momento en el que mis labios y los tuyos se juntan fundiéndose en un largo beso que podría confundirse con el más majestuoso de los abrazos. Detener el momento en que me hablas sin hablarme, me miras sin mirarme y me besas sin besarme. Detener el momento en el que tus brazos se enlazan con mi cuerpo y fundimos sentimientos en un abrazo que duraría años. Detendría el tiempo en cada uno de los momentos en los que me apartabas el pelo de la cara, hacías bromas con mis mofletes y volvías para darme un beso en la frente. Detener el momento en los que me acurrucabas a tu lado y me hacías sentir la mejor persona del mundo. Detener el momento en el que me protegías con una simple mirada. Detener el momento en el que sabía que estabas siempre ahí conmigo. Me encantaría poder detener cada uno de esos momentos para que nunca se acaben.
Parar todos y cada unos de los relojes del mundo y que solo quedásemos tu y yo, por siempre y para siempre.
Controlaría el tiempo solo para verte conmigo aquí y siempre.
Controlaría el tiempo porque realmente te quiero.
Nunca lo olvides.

Poema. De Poemas a Dario.

Me enamoré de tu risa
de tu manera de ser.
Me enamoré de la brisa,
que nos vio crecer.
Me enamoré de tus manos
enlazadas en las mías,
recordando en vano
lo que siempre me decías.
Recordaré tus palabras
susurradas a mi oído,
recordaré las baladas,
que cantamos como amigos.
Recordaré tus caricias,
mientras la luna miraba,
y las estrellas nos decían,
que de ello se enamoraban.
Y aunque lo que quiero es olvidar,
olvidar cada momento,
cada momento cambiar,
sé que no podré olvidarlo,
porque por muy lejos que llegues,
mi corazón lo ha vivido
por muy mucho que me cueste,
yo siempre iré contigo.

jueves, 19 de abril de 2012

Miedos.

Tuviste miedo de perderte. Tuviste miedo de equivocarte. Tuviste miedo cuando diste tu primer beso. Tuviste miedo con tu primer cigarro. Tuviste miedo con tu primer suspenso. Tuviste miedo con tu primera pareja. Tuviste miedo con tu primera vez. Tuviste miedo con tu primer coche. Tuviste miedo con tu primera pelea. Tuviste miedo con tu primera actuación.
Tuviste miedo con tu primer todo, pero lo superaste. Avanza día a día con miedos, para que llegue el día en el que los hallas vencido todos.

Luchar.

Luchar cada día.
Cada noche.
Cada año.
Luchar. Luchar. Luchar y más luchar.
Desde le principio de los tiempos luchamos por defender lo nuestro, por defender tu sitio. Por vivir. Luchamos desde que nacemos. Luchamos al nacer. Luchamos al crecer. Y dejamos la lucha a otros al morir. Luchamos por el amor, por la vida. Luchábamos por conquistar tierras, luchábamos por ser los mejores y hoy aun luchamos por eso. Luchamos por hecho de la superación personal. Luchamos por ganar. Luchamos solo y simplemente por sobrevivir o incluso por vivir.
Luchamos solos. Con luchas internas, para saber quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos, qué es lo correcto y qué no. Luchamos con gente. Por nuestros derechos, por nuestros principios, por nosotros; y por otros. Luchamos por dejar algo por lo que luchar.
Perdemos batallas, pero ganamos guerras. Y muchos se quedan a mitad de camino, otros por miedo ni si quiera lo empiezan y otros lo celebran en la cumbre de la Victoria.
Pero si no luchamos no somos nada. Nacimos para luchar, vivimos luchando y morimos por haber luchado.
No pierdas jamás las ganas de luchar, porque entonces lo habrás perdido todo.

Historias.

Hay historias que salen bien, historias que salen mal. Historias largas, historias cortas. Historias que salen, historias que no salen. Historias que son como la nuestra, que son pero no son. Que no se ven, pero se nota, que no está, pero aparece. Que se escucha y no se oye. Que disfruta y no está.
Historias como la nuestra, que no es historia, pero tiene mil palabras por hojas, mil hojas por libro e infinitos volúmenes colocados en cada una de las estrellas del universo.
Esa es nuestra historia.

viernes, 6 de abril de 2012

Crecer.

Y ¿qué más da lo que pensemos hoy si ese sentimiento morirá mañana?
Porque siempre pasa igual, vivimos por algo, sin saber exactamente el qué, porque nuestra ambición cambia cuando cambia nuestro espíritu y muer cuando muere nuestra alma. Y dará igual lo que vivas, que cambiaras de ambición, pues uno no nace sabiendo, pero si nace amando, y amar es nacer, es crecer naciendo, es amar, es una ambición por la que se puede creer, y es vivir creyendo en algo, y es esa ambición de jugar la que nos hace chillar cuando chicos, es la ambición de crecer la que nos empuja a madurar, es esa ambición la que vive, pero esa ambición cambia y entonces cambiamos nosotros, porque quieres crecer, quieres volver a los años en los que jugabas correteando y quieres que todo retorne y entonces regresas a un bucle que da vueltas mientras tú giras en el centro. Y esas ambiciones cambian cuando cambia nuestra vida cambia cuando cambiamos nosotros. Pero, ¿está realmente en nuestras manos el cambiar?
Pues recuérdalo siempre, es obligatorio crecer pero no madurar.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Vivencias de una historia.

Y sí es verdad, la vida esta para vivirla, y hoy por ti mañana por mí. Vive tu vida como si fuese la única, ¿irónico no? ¿Solo tenemos una vida, o realmente nos reencarnamos y no nos acordamos de nuestra vida anterior?
¿Y qué más da?
Te preocupas por el más allá, por el universo, por los dinosaurios, por cualquier cosa excepto por ti.
¿Qué más da que hay más allá de lo que tus ojos alcanzan a ver, si no te preocupas por lo que ves?
Comprende primero lo que alcanza tu vista y fíjate después en lo que hay detrás.

Amistad.

La profundidad del mar.
El olor del azahar.
El último rayo de Sol.
Y silencio. Silencio. Silencio exterior. Silencio interior. Solo silencio. Silencio intranquilo. Silencio incomodo. Silencio silencioso.
Y luz. Luz que alumbra un camino oscuro. Luz que da vida donde hay muerte. Luz que resplandece entre la oscuridad. Luz que te mima. Luz que te busca. Luz que te acompaña. Luz que es luz. Luz luminosa.
Y sí es así. Es ese momento en el que estas peor que nunca, en el que los minutos se hacen horas, en el que solo te apetece llorar, en el que ves los colores más apagados, en el que sea lo que sea no te va a poner bien. Ese silencio interior que nos abruma mientras millones de pensamiento inundan nuestra cabeza como un tsunami . En ese momento en el que necesitas que algo te saque de ese pozo sin fondo y ahí esta. Esa luz que te ayuda, que te ilumina, que te hace ver las cosas de otra forma, esa luz, ese amigo que nunca te falló, esa persona en la que confías, a la que quieres y que sabes que no te hará daño. Esa luz que es difícil de encontrar pero que si la encuentras tendrás un tesoro. Esa persona que te conoce mejor que tu mismo, que observa cada paso tuyo y que sabe cuales son tus sentimientos. Esa persona que sabes que si te caes te cogerá.
Esa luz que ilumina tu camino cuando vas a oscuras.
Esa persona. Ese amigo. Ese hermano.
Yo tengo la gran suerte de contar con una de esas personas en mi vida.
Espero que vosotros tengáis la misma suerte.
Hoy, a esa persona, le doy las gracias.

Vive.

Y pensar que cada día sale un rayo de Sol distinto.

Vivimos alejados de lo que pasa a nuestro al rededor, sin ni siquiera observar aquel que nos tiende la mano. Esa persona que siempre estuvo ahí y nosotros dejamos de echarle cuenta. Ese juguete antiguo del que no nos separábamos cuando meramos pequeños que hoy yace en el rincón más escondido de tu habitación y tú ni siquiera lo recuerdas. Esas palabras que alguien te dijo y que prometiste no olvidar nunca, y hoy ni si quiera recuerdas quien te las dijo. Esas promesas que hiciste prometiendo cumplir y que nunca cumpliste o tal vez olvidaste.

La mente del ser humano esta preparada para olvidar. Para recordar solo lo que nos hizo pensar, cambiar u olvidar.

Dentro de poco, o de mucho, no lo sé, tu también olvidarás lo que acabas de leer, lo que has hecho hoy, lo que harás luego.
Así que disfruta de tu vida como si fuera el último para que aunque olvides cualquier detalle sepas que lo viviste con intensidad y que mereció la pena.

lunes, 12 de marzo de 2012

Que de ilusiones no se vive, per sí se sobrevive.

Despierto. Despierto en un mundo de horror y desamparo. De gente que camina sola, sin ninguna compañía más que la electrónica, sin nada a lo que amar, sin nada a lo que aferrarse cuando sienten, sin sentir si quiera. Despierto en un mundo de guerra, en un mundo en el que la iglesia esta hecha de mármol y oro y niños en países subdesarrollados, en los que tener un simple trozo de pan que llevarse a la boca día a día es un mérito. En los que políticos gobiernan haciendo lo mejor para el país, que cada vez va a pero. Despierto en un mundo en el que ni siquiera sé si tendré un futuro del que comer. Despierto en un mundo en crisis, no solo económica, sino moral, social, sentida. Despierto en un mundo envuelto en el terror. Y duermo. Vuelvo a dormir. Vuelvo a cerrar mis párpados para no ver más dolor. Y allí estoy yo, en mi mundo, que no existe, pero que a mi me hace feliz. Un mundo en el que no hay miedo al que dirán, en el que hay al menos comida equitativa, un mundo en el que hay justicia. Sí, porque el mundo en el que vivimos no es justo, ni equitativo, ni suficiente para mucho. Y yo sé que de ilusiones no se vive, pero de que creen ustedes que se levantan los niños de África cada día si no es con la ilusión de que algo cambie, de que llegue de nuevo ese al que hacían llamar mesías, Jesús, Cristo. De qué creen que viven las personas que con el sueldo mínimo tienen que mantener a dos hijos. De qué creen que viven los niños pequeños a los que no hay más capricho que un regalo barato en su cumpleaños si no fuese de los reyes magos.
Piensen que si no nos ilusionásemos no viviríamos, no lucharíamos, no seríamos nada.
Hoy, tú, que lees esto, con tu sueldo base, que te da para el fin de mes y poco más, tú, siéntete orgulloso, pues tú eres grande, porque no es más rico quien más tiene si no quien menos necesita.
Que de ilusiones no se vive, pero sí se sobrevive.

domingo, 29 de enero de 2012

Estoy irracionalmente loca.

Sí, estoy irracionalmente loca, loca de amor, de pasión, de locura misma. Y es que me da igual, me encanta, amo estar loca, no hay nada más original y divertido, nada más apasionado, nada más increíble, nada, como estar loca. Y sí hay muchos tipos de locura, la mía es la sana, la verdadera. Porque hoy por hoy todo me da igual, ¿qué por qué?  Para qué me voy a tomar la vida en serio si de todas formas no saldré viva de ella. Y sí, aunque este loca, también sé estar locamente enamorada, pero qué más da, el amor tan solo da amor, no conseguiré nada más con eso, al menos no hoy. Estoy loca porque me gusta estarlo, porque me divierte, hacer tonterías como si tuviese dos años, realmente puede que los tenga, salir a correr por la calle cuando llueve, cantar a viva voz este donde este, aplaudir cuando no se debe, hablar cuando no se debe, hacer todo cuando no se debe, porque no es rebeldía, bueno un poco sí, es libertad, es pasión, es saber, es intentar, es comprender, es soñar, es comprenderlo todo desde otro punto de vista, es ver la vida un poco borracha, es compartir cada momento con todos dándote igual absolutamente todo, porque todo me da igual, porque todo es una locura, porque yo estoy loca. Y la locura es contagiosa, es como una gripe una epidemia, con síntomas claros, risas, locuras y desvergüenza, ¿problema? pues que no tiene cura, pero tranquilo que si te infectas será lo mejor que te ha pasado en la vida.
Porque sí, estoy loca, pero eso es lo que me encanta.

jueves, 26 de enero de 2012

Es la tercera vez que borro lo mismo para volverlo a escribir, y aunque sé que lo que quiero escribir no es esto, emborrono de nuevo la misma página intentando buscar otra fuente de inspiración. Llevo ya varios días, casi un mes, sin escribir solo y simplemente porque me prometí que no me llevaba a nada, pero aquí estoy otra vez escribiendo supongo que porque lo necesitaba. Las ideas se amontonan en mi cabeza como una concentración de estrellas en la galaxia y no puedo pensar, lo único que me apetece es tumbarme en la cama, estar tranquila, sin escuchar nada más que el silencio. Claro, oculto, dañado por los pensamientos de todos los que un día marcaron su vida mientras él rondaba tan sigiloso como siempre. Silencio, acogedor de todos mis pensamiento tirados a la deriva, de todos mis versos que nunca escribí, de todas las noches que pasé llorando. Silencio, mi querido y fiel amigo que no me abandona, el que escuchó todas mis palabras mientras aporreaba con fuerza a una almohada, el que sabía entenderme sin ni si quiera hablarme, aquel, que sin decir nada lo decía todo, mi fiel amigo el silencio. Silencio, que se dice sin hablar, que significa todo, significa silencio, que incluso sin percibirlo se nota, que incluso sin quererlo se siente, que cuando lo pides lo tienes, que guarda todo. Y aquí estoy hoy, sentada en la cama de mi cuarto mientras que no escucho nada, absolutamente nada más que el sonido fructuoso que hacen las teclas del ordenador al chocar y silencio, silencio, solo y únicamente, silencio.