Si pudiera tener algún poder, aunque
solo fuese uno, por unos instantes, unos segundos, durante un tiempo,
pediría sin dudar poder controlar. ¿Para qué? Para poder pararlo
justo en el instante en el que tus ojos se cruzan con los míos y se
quedan clavados en mi pupila. Detener el tiempo en el que acaricias
mis labios con tus finos dedos mientras que dices que me quieres una
y otra vez. Detener el momento en el que mis labios y los tuyos se
juntan fundiéndose en un largo beso que podría confundirse con el
más majestuoso de los abrazos. Detener el momento en que me hablas
sin hablarme, me miras sin mirarme y me besas sin besarme. Detener el
momento en el que tus brazos se enlazan con mi cuerpo y fundimos
sentimientos en un abrazo que duraría años. Detendría el tiempo en
cada uno de los momentos en los que me apartabas el pelo de la cara,
hacías bromas con mis mofletes y volvías para darme un beso en la
frente. Detener el momento en los que me acurrucabas a tu lado y me
hacías sentir la mejor persona del mundo. Detener el momento en el
que me protegías con una simple mirada. Detener el momento en el que
sabía que estabas siempre ahí conmigo. Me encantaría poder detener
cada uno de esos momentos para que nunca se acaben.
Parar todos y cada unos de los relojes
del mundo y que solo quedásemos tu y yo, por siempre y para siempre.
Controlaría el tiempo solo para verte
conmigo aquí y siempre.
Controlaría el tiempo porque realmente
te quiero.
Nunca lo olvides.
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