lunes, 7 de noviembre de 2011

Te quiero.

Porque jamás pensé que lo que llegará a sentir por ti fuera tan fuerte, ni que todo mi mundo se desmoronara cada vez que pienso en ti. Porque no sabes lo que siento cada vez que te doy un abrazo, se me cierra el estomago y siento pequeñas mariposas revoloteando por él. Porque tenerte a menos de diez centímetros hace que mi cabeza no pueda pensar en otra cosa que en besarte. Besarte hasta quedarme sin aliento, hasta que el Sol parara de brillar y las estrellas desaparecieran del cielo. Porque me daría igual que se acabara el mundo mientras que se acabase cuando tú y yo estamos juntos. porque me encantaría verte cada mañana y la primera palabra que te dijese fuera te quiero. ¡Porque sí, porque te quiero joder! Porque cuando estoy contigo soy feliz y cada tarde cuento las horas que faltan para vernos. Porque sí, porque no te quiero te amo y no me gustas me encantas y me encantaría asomarme a la ventana y poder gritarlo a los cuatro vientos para que se enterase todo el mundo, pero me da miedo. Miedo, sí, miedo a equivocarme, porque no quiero perderte.
¿Sabes? Hacía mucho tiempo que no se sentía esto por nadie, esa sensación de verlo y estar a tres metros sobre el cielo.
Hacía mucho tiempo que no me pasaba lo típico que te pasa cuando estas... bueno sí porque no decirlo si lo estoy, cuando estas enamorada. Eso de que el corazón vaya a mil por hora cada vez que te veo y que me ponga roja cuando me hablan de ti. Que me enfade y me entren ganas de pegarle dos hostias al primero que diga lo más mínimo malo de ti. Pero aún así hay veces que tengo miedo, miedo de verte un día con otra y no saber que hacer, miedo a pasarme yardes enteras llorando, anque ya me ha pasado un par de veces, porque no me hago a la idea de no estar contigo. Por ti, cometería todas las locuras del mundo. Saltarñia desde una catarata al vacío si estuviera cogida de tu mano. Solo querría una cosa, saber a que saben tus labios, ver el brillo de tus ojos cuando me mirases y sentir el calor de tu piel junto a la mia. Que me gustas y soy capaz de decirtelo a la cara mil millones de veces por mucha vergüenza que me diera, y me llamaras pesada sí, pero me va a dar igual, porque cuando era pequeña me enseáron que debía ser constante con lo que quería y luchar por mis sueños. Sí, lucharé por ti, por tenerte conmigo, y aunque piense que es una batalla perdida no lanzaré un trozo de esperanza al suelo. Y aunque aveces me hagas sufrir... yo te seguiré queriendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario